Los trastornos de la alimentación son un problema global que ha ido adquiriendo cada vez más relevancia en las últimas décadas. Estas enfermedades mentales afectan tanto a hombres como a mujeres, aunque son estos últimos los que presentan un mayor porcentaje de casos en todo el mundo.

La anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón son las patologías más comunes de los trastornos de la alimentación. La anorexia nerviosa se caracteriza por el rechazo a la comida y la obsesión por mantener un peso corporal muy bajo, mientras que la bulimia nerviosa implica episodios recurrentes de atracones seguidos por una purga para evitar el aumento de peso. Por su parte, el trastorno por atracón se refiere al consumo recurrente de grandes cantidades de alimentos en un corto período de tiempo, sin que exista una necesidad física real de alimentos.

A pesar de que estos trastornos son cada vez más comunes en todo el mundo, muchas personas que padecen estas enfermedades no reciben la atención médica que necesitan. Esto es especialmente cierto en países en desarrollo, donde los recursos médicos están limitados y la población no tiene acceso a la información necesaria para identificar los síntomas de la enfermedad y buscar ayuda de manera temprana.

Es importante destacar que las causas de los trastornos de la alimentación no están claramente definidas. Sin embargo, se cree que la obsesión por la imagen corporal, la presión social por mantener un determinado estándar estético y el uso de internet y las redes sociales han contribuido a un aumento en la incidencia de estos trastornos.

Es fundamental que los gobiernos, las organizaciones internacionales de salud y la sociedad en general tomen medidas concretas para enfrentar esta problemática que está afectando a personas de todas las edades y géneros. Es necesario una mayor inversión en salud mental para poder dar atención temprana y adecuada a los pacientes, fomentar programas de educación en prevención y diagnóstico y desmantelar los estereotipos dañinos sobre la imagen corporal.

La lucha contra los trastornos de la alimentación debe ser una prioridad en la agenda pública de todos los países. No solo se trata de una cuestión de salud mental, sino también de derechos humanos, equidad de género y bienestar social. Abordar este problema requiere una acción conjunta y sostenida de todos para garantizar una atención de calidad y un futuro libre de discriminación y estigmatización para todas las personas que sufren de estos trastornos.

Nota express publicada por MediaStar | Agencia de Medios.

Valeria Catillo