En los últimos años, ha surgido una tendencia en la industria de la hospitalidad: la creación de baños lujosos y extravagantes en hoteles y resorts de todo el mundo. Sin embargo, ¿existe realmente un baño que pueda ser considerado como el más lujoso del mundo?

Algunos establecimientos han intentado hacerse con el título, como el Hotel Presidente Wilson en Ginebra, que cuenta con un baño de mármol de Carrara y una vista panorámica del lago de Ginebra, o el Hotel Plaza Athénée en París, que tiene un baño de mármol de Versalles con una ducha que imita a la lluvia. Pero ninguna de estas opciones, aunque lujosas y exquisitas, pueden superar al extravagante retrete dorado en exhibición en una exposición de arte en el Museo Guggenheim de Nueva York.

Esta obra de arte, creada por el artista italiano Maurizio Cattelan, no solo es una revelación del nivel de excentricidad en la que algunos están dispuestos a incurrir, sino que además demuestra la brecha entre la lujosa belleza de la cultura y el opulento espectáculo del dinero. El baño, hecho completamente de oro, es una representación de la ostentación y el lujo que la cultura tan a menudo recompensa, especialmente considerando su valor de €5 millones.

Sin embargo, esta obra también ofrece una mirada crítica de la sociedad actual. La instalación solo permite la entrada a una persona a la vez, lo que sugiere la exclusividad y la desigualdad presente en el mundo actual. Además, el baño no se encuentra detrás de ninguna puerta, lo que insinúa la falta de privacidad en la actualidad y cómo la privacidad se ha convertido en una verdadera joya.

Por lo tanto, aunque pueda parecer exagerado, el baño dorado de Cattelan es, sin duda, un candidato para el título del baño más lujoso del mundo. Pero más allá de su valor superficial, este baño también ofrece una perspectiva crítica y desafiante del mundo actual y de los extremos que la gente está dispuesta a ir para demostrar su poder y riqueza.

Nota express publicada por MediaStar | Agencia de Medios.

Valeria Catillo