En la actualidad, es cada vez más común escuchar sobre la importancia de ser padres activos en la crianza de nuestros hijos. Anteriormente, el papel del padre en la familia se limitaba a proveer económicamente y a ser el cabeza de hogar, mientras que la madre se encargaba del cuidado de los hijos y de las tareas del hogar. Gracias a los avances en la igualdad de género, actualmente se tiene la certeza de que ambos padres deben ser involucrados activamente en la crianza de sus hijos.

Ser un padre activo no solo se refiere a estar presente físicamente, sino también emocionalmente. Es importante que los padres interactúen de manera equitativa en todas las actividades diarias, desde el cuidado personal, hasta las tareas del hogar y la educación de los hijos.

Además, ser un padre activo tiene innumerables beneficios para los hijos, como un mejor desarrollo cognitivo, emocional y social. Los niños que crecen con un padre presente y activo, suelen tener relaciones más fuertes y estables en su vida adulta. También se ha demostrado que son menos propensos a desarrollar problemas de conducta o emocionales.

Por otra parte, ser un padre activo no solo beneficia a los hijos, sino también al propio padre. Esto se debe a que al estar involucrado de manera directa en la crianza de los hijos, los padres pueden aprender habilidades parentales que les permiten tener un mayor control sobre su vida personal y profesional.

En resumen, ser un padre activo no solo es una responsabilidad, sino también una oportunidad de crecimiento personal y de creación de relaciones más estables y saludables con nuestros hijos. Es importante empezar a romper los estereotipos de género y reconocer que tanto los padres como las madres deben tener roles activos y equitativos en la crianza de los hijos. ¡Seamos el papá activo que nuestros hijos necesitan!

Nota express publicada por MediaStar | Agencia de Medios.

Valeria Catillo