El golf es uno de los deportes más antiguos y fascinantes del mundo. Desde sus orígenes en Escocia, el golf se ha expandido a lo largo y ancho del planeta, convirtiéndose en un deporte verdaderamente global. Pero no todos los campos de golf son iguales. Algunos, como los campos de golf de alta montaña, ofrecen una experiencia única e inolvidable.

El golf en la montaña es un deporte que se practica a alturas elevadas, lo que proporciona una sensación de libertad y de conexión con la naturaleza que es difícil de encontrar en otros deportes. Los campos de golf se encuentran ubicados a altitudes de entre 2.500 y 3.500 metros, lo que brinda una vista panorámica espectacular de la montaña y de los alrededores.

Además, el golf en la montaña requiere habilidad y técnica, ya que los hoyos suelen ser más largos y las condiciones climáticas son cambiantes. Los golfistas deben adaptarse a la altitud y a las temperaturas más frías que se dan a esas alturas.

Uno de los campos de golf de alta montaña más destacados del mundo es el Tseleevo Golf & Polo Club en Rusia. Este campo de golf de 18 hoyos se encuentra ubicado en el corazón de la cordillera rusa del Cáucaso, a una altitud de 1.000 metros sobre el nivel del mar. El Tseleevo Golf & Polo Club es un campo largo, diseñado para el jugador de golf experimentado.

Otro campo de golf de alta montaña muy conocido es el Capraia Golf Club en Italia, que se encuentra situado en las colinas de Chianti. El campo de golf está rodeado de olivos y viñedos, y ofrece una vista impresionante del paisaje toscano. El Capraia Golf Club es un campo de 9 hoyos ideal para los jugadores de todos los niveles.

En definitiva, el golf en la montaña es una experiencia única e inolvidable que combina deporte, naturaleza y aventura. Los campos de golf de alta montaña ofrecen una conexión especial con el entorno natural que no se encuentra en otros deportes. Por eso, el golf en la montaña es un deporte verdaderamente divino que vale la pena descubrir.

Nota express publicada por MediaStar | Agencia de Medios.

Valeria Catillo